Calles y calles laberínticas en las que no puedes más que dejarte perder, algo que resulta indescriptible. Hoy es viernes, día santo para los musulmanes. Muchos de los comercios cerrarán a mediodía, para que la gente pueda ir a rezar. Las mezquitas están a rebosar, y muchos ciudadanos tienen que quedarse fuera para realizar sus oraciones.
Es media tarde, y Marrakech parece todavía dormida. Aún le q
uedan unas cuantas horas de sueño. Paradójicamente, hasta que el sol se esconda por detrás del palmeral que da oxígeno a la ciudad, y la luna tome el relevo al sol.Será entonces cuando la ciudad despierte. Las casas se
vaciarán y Jamaa el Fna, que esta mañana a
manecía relajada, se transformará. No quedará ni un centímetro de ella vacío, y su actividad, rebosante, te trasladará la sensación de que el tiempo se detiene. Así es Marrakech.
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